Se inaugura en Cádiz una reserva natural que acogerá animales procedentes de decomisos o circos.
El Confidencial, 19 enero 2013
Este sábado abre sus puertas al público esta reserva animal situada en el Municipio de Jimena de la Frontera (Cádiz), en las inmediaciones del Parque Natural de los Alcornocales, rodeada de toda su naturaleza y esplendor. El parque se encuentra en una finca de treinta hectáreas, donde animales de los cinco continentes pastan en régimen de libertad en un 99%. Su peculiaridad radica en que a este remanso natural llegan especies que en otros lugares han sido desechadas. “Tenemos a una pareja de makakos, monos de Gibraltar que son ya mayores y a quienes no quieren en su anterior ubicación. Aquí ahora son felices. Volverán locos a los niños”, explican.
Otra curiosidad es que el dueño de los terrenos es un antiguo cazador, que poco a poco se ha ido concienciando de que los animales son mas bellos corriendo que colgados en un salón de trofeos.
Ahora los bambis de la Malaya se encuentran en unas condiciones de bienestar inmejorables, ya que viven en las amplias extensiones de pastos que la reserva les ofrece. Algunos de ellos pertenecían al anterior Parque de las Aves y se pueden encontrar también ciervos, gamos y muflones comprados al Estado o decomisados en operaciones policiales.
Además hay gaures y lilgos que fueron rescatados de un zoo que cerró en la zona levantina y cuyos dueños no sabían qué hacer con ellos. “También trabajamos con excedentes de otros zoos -dice Noelia- porque en esos lugares dejan aparcadas a muchas especies a las que aún les puede quedar mucho recorrido si se cuidan bien”.
Otro caladero donde encuentran sus especies es el rescate de animales procedentes de circos, juguetes rotos que ya no valen para el espectáculo y que aquí pueden tener una vida digna en libertad. El director del parque, José Ramón García Aguilar, asegura que si tuviesen que llegar a pagar por algún animal como un elefante, por ejemplo, sin lugar a dudas harían una colecta de donaciones a fin de que pudiera acabar sus días en este paraje.
La reserva también aloja puercoespines del Cabo, muflones, ponys, burros y gallos de pelea decomisados: “Hace poco la policia trajo una partida de gallos incautados de las seiscientas viviendas y ahora corretean por el campo sin miedo a que les obliguen a pelear”. Algunos particulares tras haber pasado por el centro y haber visto la calidad del bienestar animal, deciden llevar sus ejemplares allí. “A la cebra que tenemos le hemos puesto una burrita de compañía y hasta se han enamorado”, cuenta Noelia.
La reserva ofrece al visitante una forma totalmente diferente de poder ver y observar a los animales, cambiando por completo el concepto que otros parques ofrecen para primar el bienestar animal y la educación ambiental. Allí vive, por ejemplo, una tigresa abandonada por la madre que ha sido criada por perros.