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Simios, un vecino muy cercano.
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La Nueva España, lne.es, 11 marzo 2009.
«Santino», el chimpancé que planifica sus actos, es un nuevo ejemplo de las similitudes entre primates y humanos.
A «Santino» le gusta recoger piedras. Las elige con cuidado, y dedica mucho tiempo a pulirlas con un único objetivo: lanzarlas contra quienes se acercan a visitarle. Pero «Santino» no es un viejo ermitaño que ha decidido retirarse del mundo, sino un chimpancé que vive en el zoo de Furuvik, en Gävle, a unos 170 kilómetros al norte de Estocolmo (Suecia). Y su forma de actuar se suma a la de otros grandes simios que, con su comportamiento y a pesar de las diferencias genéticas, demuestran su cercanía a los seres humanos.
La conducta de «Santino» ha llamado la atención de los científicos, quienes aseguran que esta forma de actuar -que sólo se da en verano, cuando el zoo abre sus puertas- es una de las primeras pruebas de que un animal distinto al hombre puede hacer planes para el futuro. Y en este caso, no con buena intención, al contrario que otros simios famosos.
La gorila «Binti Jua» se convirtió en 2007 en la heroína del zoológico de Brookfield en Chicago (Estados Unidos). Como si se tratase de su propio hijo, «Binti Jua» rescató a un niño de 3 años que se había caído en el recinto que ocupaban los gorilas y, tras alejar a los machos que se acercaban al pequeño, inconsciente, lo llevó hasta una zona donde los seres humanos podían atenderlo.
Pero el comportamiento cuasi humano de los gorilas no aparece únicamente en cautividad. Una hembra de gorila en el parque nacional de Nouabale-Ndoki (República del Congo) ha sido grabada usando un palo como si midiera la profundidad del agua de un pantano antes de cruzarlo, y en la misma reserva un gorila fue descubierto usando rocas para romper un coco.
Aunque los últimos estudios rebajan su porcentaje de similitud, el genoma del gorila y el de dos especies de chimpancés es el más cercano al de los humanos. Y los descubrimientos que apoyan la capacidad de los grandes simios de poseer racionalidad y autoconsciencia han hecho que, desde 1993, el proyecto «Gran simio» reclame que se les otorguen ciertos derechos, como la protección de la libertad individual, la prohibición de torturas y el derecho a la vida.
El estudio de Mathias Osvath que publica la revista «Current Biology» amplía el campo de la ciencia sobre simios capaces de actuar como humanos, comportamientos muy criticados por quienes dudan de que estos animales puedan desarrollar actitudes tan cercanas a las de las personas. «Los escépticos siempre pueden argumentar que les motiva una circunstancia inmediata», critica Oswald, «les cuesta reconocer que un animal sea igual a ellos».
«Santino», el chimpancé que planifica sus actos, es un nuevo ejemplo de las similitudes entre primates y humanos.
A «Santino» le gusta recoger piedras. Las elige con cuidado, y dedica mucho tiempo a pulirlas con un único objetivo: lanzarlas contra quienes se acercan a visitarle. Pero «Santino» no es un viejo ermitaño que ha decidido retirarse del mundo, sino un chimpancé que vive en el zoo de Furuvik, en Gävle, a unos 170 kilómetros al norte de Estocolmo (Suecia). Y su forma de actuar se suma a la de otros grandes simios que, con su comportamiento y a pesar de las diferencias genéticas, demuestran su cercanía a los seres humanos.
La conducta de «Santino» ha llamado la atención de los científicos, quienes aseguran que esta forma de actuar -que sólo se da en verano, cuando el zoo abre sus puertas- es una de las primeras pruebas de que un animal distinto al hombre puede hacer planes para el futuro. Y en este caso, no con buena intención, al contrario que otros simios famosos.
La gorila «Binti Jua» se convirtió en 2007 en la heroína del zoológico de Brookfield en Chicago (Estados Unidos). Como si se tratase de su propio hijo, «Binti Jua» rescató a un niño de 3 años que se había caído en el recinto que ocupaban los gorilas y, tras alejar a los machos que se acercaban al pequeño, inconsciente, lo llevó hasta una zona donde los seres humanos podían atenderlo.
Pero el comportamiento cuasi humano de los gorilas no aparece únicamente en cautividad. Una hembra de gorila en el parque nacional de Nouabale-Ndoki (República del Congo) ha sido grabada usando un palo como si midiera la profundidad del agua de un pantano antes de cruzarlo, y en la misma reserva un gorila fue descubierto usando rocas para romper un coco.
Aunque los últimos estudios rebajan su porcentaje de similitud, el genoma del gorila y el de dos especies de chimpancés es el más cercano al de los humanos. Y los descubrimientos que apoyan la capacidad de los grandes simios de poseer racionalidad y autoconsciencia han hecho que, desde 1993, el proyecto «Gran simio» reclame que se les otorguen ciertos derechos, como la protección de la libertad individual, la prohibición de torturas y el derecho a la vida.
El estudio de Mathias Osvath que publica la revista «Current Biology» amplía el campo de la ciencia sobre simios capaces de actuar como humanos, comportamientos muy criticados por quienes dudan de que estos animales puedan desarrollar actitudes tan cercanas a las de las personas. «Los escépticos siempre pueden argumentar que les motiva una circunstancia inmediata», critica Oswald, «les cuesta reconocer que un animal sea igual a ellos».
