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Tribuna Libre. Los toros y las toras. Juan Chirveches.
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TRIBUNA. Los toros y las toras. JUAN CHIRVECHES.( Ideal de Granada. 30 de junio.)
DECRETO-Ley 6969/08, de 9 de junio, adaptando la Ley General Taurina y el Reglamento Taurino a la Ley de Igualdad y a las últimas sentencias del Tribunal Constitucional.
Preámbulo
Es sabido por todos y por todas los ciudadanos y las ciudadanas andaluzos y andaluzas, y españolos y españolas en general, y europeos y europeas, y hasta mundiales y mundialas, que el lenguaje fue un instrumento inventado por los hombres con el único objetivo de tener sometidas a las mujeres. Históricamente el lenguaje ha venido siendo impuesto y usado por los hombres como una cárcel verbal en la que enrejar a las mujeres de por vida lingüística, por decirlo así. De ahí se han derivado aberraciones tan aterradoras para el género femenino, y para el género en general humano y humana, como por ejemplo llamar 'alumnos' a los alumnos, y no 'alumnos y alumnas' cual sería lo justo y necesario si no fuera por la imposición gramatical de género del machismo reaccionario y dominante que, ya desde los mismos inicios del invento del lenguaje, sabía muy bien lo que se hacía.
Asimismo, se derivaron de ello otras nefandas consecuencias para la autoestima de las mujeres, como que los hombres, al inventar el lenguaje para oprimirlas, llamaran ratas a las ratas, así en femenino, animal repulsivo, queriendo establecer, sin duda, alguna directa y ofensiva similitud. Por otro lado, llamar águilas a las águilas, animal tan hermoso, y no águilos, fue debido, probablemente, a la presión de alguna pionera del feminismo de la época nebulosa de cuando se estaba inventando el lenguaje. Porque si no, no se explica.
Modificar y adaptar lenguaje tan opresivo y oprobioso para la mujer a los tiempos actuales, tan presentes y tan futuros, como los que estamos viviendo, es tarea inaplazable, improrrogable e imposponible en todos los ámbitos. De los cuales no queda excluido el mundo taurino, por lo que vengo a disponer y
Dispongo
1. Desde el día siguiente a la publicación de este Decreto en el Boletín Oficial, será obligatorio que las corridas de toros se anuncien en los carteles, programas de fiestas, periódicos, ciberespacio, o cualquier otro soporte, como 'Corridas de toros y toras' ya que, desde ahora, serán lidiados y lidiadas ocho reses y resas que, para cumplir con la Ley de Igualdad, habrán de ser, igualitariamente, cuatro toros y cuatro vacas bravas.
El cambio de denominación de 'vaca' a 'tora' se justifica para evitar la connotación que el lenguaje inventado por los hombres daba al término vaca, como de mujer grasienta y entrada en carnes. Con el cambio de 'vacas' a 'toras', las gordas quedan como más delgadas; si bien es cierto que también como más cornudas. Pero eso lo arreglaremos en un próximo Decreto-Ley que ya está en borrador.
2. Obligatoriamente, los empresarios taurinos habrán de contratar, en cada corrida, a dos toreros y a dos toreras, que es lo igualitario y lo normal para que las corridas fluyan y vengan por sus cauces y canales naturales: es decir, por donde tiene que venir; lo cual es de mucho gusto para los públicos y las públicas , siempre y cuando se haya hecho una buena faena previa y lidia adecuada que termine, finalmente, en gran y apoteósica e inolvidable corrida de toreros y toreras.
3. Igualitariamente igual, será obligatorio que el personal actuante y actuanta esté paritariamente repartido a partes iguales e igualas: es decir, habrá el mismo número de picadores que de picadoras; de banderilleros que de banderilleras; de mulilleros que de mulilleras; y de acomodadores que de acomodadoras. Si no hubiera o hubiere suficiente número de vocaciones como para cubrir el cupo femenino, se traerán del extranjero. Y si ello no diera o diere el resultado buscado, la mitad de los picadores, y demás personal, habrán de salir al ruedo con peluca rubia y colorete en las mejillas, y un poco de rímel en los ojos.
4. De la misma forma, al igual que se tienen que correr idéntico número de toros que de toras, habrá de haber el mismo número de caballos que de caballas, para la cosa de picar. Y de cabestros que de cabestras, para la cosa de retirar los toros o las toras que resulten cojos o cojas, dañados o dañadas, poco bravos o pocas bravas.
5. Finalmente, los trofeos, siguiendo el signo de los tiempos y adecuación a ellos, se donarán del siguiente modo: si es el torero quien los ha ganado, se le cortarán, como hasta ahora, las dos orejas a la res, y el diestro dará con ellas la vuelta al ruedo.
Pero si es la torera quien consigue los trofeos, entonces, en lugar de las orejas, se le cortarán los testículos al toro macho y se le entregarán a la mujer diestra para que los exhiba y dé con ellos la vuelta al ruedo. Lo que sin duda queda muy apropiado y muy propio de los tiempos. Y muy actual.
DECRETO-Ley 6969/08, de 9 de junio, adaptando la Ley General Taurina y el Reglamento Taurino a la Ley de Igualdad y a las últimas sentencias del Tribunal Constitucional.
Preámbulo
Es sabido por todos y por todas los ciudadanos y las ciudadanas andaluzos y andaluzas, y españolos y españolas en general, y europeos y europeas, y hasta mundiales y mundialas, que el lenguaje fue un instrumento inventado por los hombres con el único objetivo de tener sometidas a las mujeres. Históricamente el lenguaje ha venido siendo impuesto y usado por los hombres como una cárcel verbal en la que enrejar a las mujeres de por vida lingüística, por decirlo así. De ahí se han derivado aberraciones tan aterradoras para el género femenino, y para el género en general humano y humana, como por ejemplo llamar 'alumnos' a los alumnos, y no 'alumnos y alumnas' cual sería lo justo y necesario si no fuera por la imposición gramatical de género del machismo reaccionario y dominante que, ya desde los mismos inicios del invento del lenguaje, sabía muy bien lo que se hacía.
Asimismo, se derivaron de ello otras nefandas consecuencias para la autoestima de las mujeres, como que los hombres, al inventar el lenguaje para oprimirlas, llamaran ratas a las ratas, así en femenino, animal repulsivo, queriendo establecer, sin duda, alguna directa y ofensiva similitud. Por otro lado, llamar águilas a las águilas, animal tan hermoso, y no águilos, fue debido, probablemente, a la presión de alguna pionera del feminismo de la época nebulosa de cuando se estaba inventando el lenguaje. Porque si no, no se explica.
Modificar y adaptar lenguaje tan opresivo y oprobioso para la mujer a los tiempos actuales, tan presentes y tan futuros, como los que estamos viviendo, es tarea inaplazable, improrrogable e imposponible en todos los ámbitos. De los cuales no queda excluido el mundo taurino, por lo que vengo a disponer y
Dispongo
1. Desde el día siguiente a la publicación de este Decreto en el Boletín Oficial, será obligatorio que las corridas de toros se anuncien en los carteles, programas de fiestas, periódicos, ciberespacio, o cualquier otro soporte, como 'Corridas de toros y toras' ya que, desde ahora, serán lidiados y lidiadas ocho reses y resas que, para cumplir con la Ley de Igualdad, habrán de ser, igualitariamente, cuatro toros y cuatro vacas bravas.
El cambio de denominación de 'vaca' a 'tora' se justifica para evitar la connotación que el lenguaje inventado por los hombres daba al término vaca, como de mujer grasienta y entrada en carnes. Con el cambio de 'vacas' a 'toras', las gordas quedan como más delgadas; si bien es cierto que también como más cornudas. Pero eso lo arreglaremos en un próximo Decreto-Ley que ya está en borrador.
2. Obligatoriamente, los empresarios taurinos habrán de contratar, en cada corrida, a dos toreros y a dos toreras, que es lo igualitario y lo normal para que las corridas fluyan y vengan por sus cauces y canales naturales: es decir, por donde tiene que venir; lo cual es de mucho gusto para los públicos y las públicas , siempre y cuando se haya hecho una buena faena previa y lidia adecuada que termine, finalmente, en gran y apoteósica e inolvidable corrida de toreros y toreras.
3. Igualitariamente igual, será obligatorio que el personal actuante y actuanta esté paritariamente repartido a partes iguales e igualas: es decir, habrá el mismo número de picadores que de picadoras; de banderilleros que de banderilleras; de mulilleros que de mulilleras; y de acomodadores que de acomodadoras. Si no hubiera o hubiere suficiente número de vocaciones como para cubrir el cupo femenino, se traerán del extranjero. Y si ello no diera o diere el resultado buscado, la mitad de los picadores, y demás personal, habrán de salir al ruedo con peluca rubia y colorete en las mejillas, y un poco de rímel en los ojos.
4. De la misma forma, al igual que se tienen que correr idéntico número de toros que de toras, habrá de haber el mismo número de caballos que de caballas, para la cosa de picar. Y de cabestros que de cabestras, para la cosa de retirar los toros o las toras que resulten cojos o cojas, dañados o dañadas, poco bravos o pocas bravas.
5. Finalmente, los trofeos, siguiendo el signo de los tiempos y adecuación a ellos, se donarán del siguiente modo: si es el torero quien los ha ganado, se le cortarán, como hasta ahora, las dos orejas a la res, y el diestro dará con ellas la vuelta al ruedo.
Pero si es la torera quien consigue los trofeos, entonces, en lugar de las orejas, se le cortarán los testículos al toro macho y se le entregarán a la mujer diestra para que los exhiba y dé con ellos la vuelta al ruedo. Lo que sin duda queda muy apropiado y muy propio de los tiempos. Y muy actual.
