Un cadáver en el contenedor
archivado en:
Artículos
Villanueva del Río y Minas
A24H.-´Varios vecinos del barrio de Las Calderonas, en Villanueva del Río y Minas, mostraron su disgusto ante el Ayuntamiento, por la forma como se intentó solucionar un problema de salud pública. Los vecinos habían comunicado al Ayuntamiento la aparición del cadáver de un pitbull de grandes dimensiones en una calle del barrio. Los servicios municipales de limpieza se limitaron a arrojar el cadáver a un contendor, a unos 4 metros de las viviendas. Con las temperaturas tan altas, el olor que desprendía se volvió insoportable, y los vecinos, al reclamar una solución rápida al ayuntamiento, se encontraron con un «que le compren una caja de pino y le hagan un entierro».
Los ciudadanos recurrieron entonces a la asociación local de protección animal Animalius, con cuyo representante se personaron en el Consistorio para entregar un escrito dando cuenta de las irregularidades que se estaba cometiendo, entre otras, deshacerse del cadáver de un perro sin comprobar la posible existencia de microchip, y utilizar un contenedor de basuras domésticas para un residuo orgánico que debiera ser incinerado.
La alcaldesa, María José Cervantes, que es también diputada provincial, se negó a recibir al representante de Animalius, pero sobre las 2 de la tarde los servicios de limpieza retiraron el cadáver del animal al vertedero, sin poder comprobar la existencia de microchip alegando que el ayuntamiento no dispone de lector.
A24H.-´Varios vecinos del barrio de Las Calderonas, en Villanueva del Río y Minas, mostraron su disgusto ante el Ayuntamiento, por la forma como se intentó solucionar un problema de salud pública. Los vecinos habían comunicado al Ayuntamiento la aparición del cadáver de un pitbull de grandes dimensiones en una calle del barrio. Los servicios municipales de limpieza se limitaron a arrojar el cadáver a un contendor, a unos 4 metros de las viviendas. Con las temperaturas tan altas, el olor que desprendía se volvió insoportable, y los vecinos, al reclamar una solución rápida al ayuntamiento, se encontraron con un «que le compren una caja de pino y le hagan un entierro».
Los ciudadanos recurrieron entonces a la asociación local de protección animal Animalius, con cuyo representante se personaron en el Consistorio para entregar un escrito dando cuenta de las irregularidades que se estaba cometiendo, entre otras, deshacerse del cadáver de un perro sin comprobar la posible existencia de microchip, y utilizar un contenedor de basuras domésticas para un residuo orgánico que debiera ser incinerado.
La alcaldesa, María José Cervantes, que es también diputada provincial, se negó a recibir al representante de Animalius, pero sobre las 2 de la tarde los servicios de limpieza retiraron el cadáver del animal al vertedero, sin poder comprobar la existencia de microchip alegando que el ayuntamiento no dispone de lector.