Una jueza condena a un vecino de Binissalem por maltratar a sus animales
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P. CÓRCOLES. INCA. El juzgado número 6 de Inca ha condenado un vecino de Binissalem, propietario de cuatro caballos, un pony y tres podencos, a causa del estado de abandono en que tenía a los animales. La situación fue denunciada en abril del año pasado por miembros de la plataforma Baldea.
El Seprona intervino tras la denuncia, "lo que evitó males mayores", dice Baldea. Los responsables indicaron que los animales padecían caquexia (avanzado estado de desnutrición, atrofia muscular y anorexia).
El Seprona constató que se encontraban desnutridos y en condiciones de insalubridad
La sentencia describe la situación en que se encontraban: "De los tres perros, dos de ellos estaban atados con cadenas de una longitud de un metro y medio. El tercero estaba atado a un árbol con una cadena que por su longitud le obligaba a permanecer alzado, lo que provocaba un gran padecimiento al animal. No podía tumbarse ni sentarse, porque habría muerto asfixiado, lo que provocó que, en sus esfuerzos por liberarse, se causase lesiones en el cuello de las que no había sido atendido", dice textualmente.
Los caballos
Respecto de los equinos, "se encontraban igualmente en un estado lamentable", sostiene la sentencia, "próximos al fallecimiento, con desnutrición severa, caquexia y con pezuñas desproporcionadamente largas por falta de las atenciones necesarias", indica.
Tras la denuncia, en abril de 2008, los tres perros fueron llevados a Son Reus y acogidos por Baldea. Los cuatro caballos y el pony fueron acogidos por Natura Parc. Mientras que los podencos pudieron ser dados en adopción, no ocurrió lo mismo con los equinos, ya que el propietario se negó a cederlos.
La jueza ha estimado que el dueño de estos animales es culpable de "un delito de maltrato grave a animales domésticos". Por ello le condena a "la pena de tres años de prisión e inhabilitación para el ejercicio de cualesquiera profesiones u oficios relacionados con la tenencia o comercio de animales durante dos años".
No obstante, le ha concedido "el beneficio de la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad impuesta por un período de tres años condicionando dicha suspensión al cumplimiento de la prohibición de tenencia de cualesquiera animales domésticos o salvajes".
Baldea considera que la sentencia "supone un importante precedente en la lucha legal contra el maltrato animal", indica.
El Seprona intervino tras la denuncia, "lo que evitó males mayores", dice Baldea. Los responsables indicaron que los animales padecían caquexia (avanzado estado de desnutrición, atrofia muscular y anorexia).
El Seprona constató que se encontraban desnutridos y en condiciones de insalubridad
La sentencia describe la situación en que se encontraban: "De los tres perros, dos de ellos estaban atados con cadenas de una longitud de un metro y medio. El tercero estaba atado a un árbol con una cadena que por su longitud le obligaba a permanecer alzado, lo que provocaba un gran padecimiento al animal. No podía tumbarse ni sentarse, porque habría muerto asfixiado, lo que provocó que, en sus esfuerzos por liberarse, se causase lesiones en el cuello de las que no había sido atendido", dice textualmente.
Los caballos
Respecto de los equinos, "se encontraban igualmente en un estado lamentable", sostiene la sentencia, "próximos al fallecimiento, con desnutrición severa, caquexia y con pezuñas desproporcionadamente largas por falta de las atenciones necesarias", indica.
Tras la denuncia, en abril de 2008, los tres perros fueron llevados a Son Reus y acogidos por Baldea. Los cuatro caballos y el pony fueron acogidos por Natura Parc. Mientras que los podencos pudieron ser dados en adopción, no ocurrió lo mismo con los equinos, ya que el propietario se negó a cederlos.
La jueza ha estimado que el dueño de estos animales es culpable de "un delito de maltrato grave a animales domésticos". Por ello le condena a "la pena de tres años de prisión e inhabilitación para el ejercicio de cualesquiera profesiones u oficios relacionados con la tenencia o comercio de animales durante dos años".
No obstante, le ha concedido "el beneficio de la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad impuesta por un período de tres años condicionando dicha suspensión al cumplimiento de la prohibición de tenencia de cualesquiera animales domésticos o salvajes".
Baldea considera que la sentencia "supone un importante precedente en la lucha legal contra el maltrato animal", indica.