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Vigilante de la plaza. Opinión.
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Artículos
La Vanguardia, 5 julio 2009
Vigilante de la plaza
Pamela Anderson declara su apoyo a la plataforma antitaurina Prou!
Un temblor reverencial recorrerá hoy la Monumental cuando José Tomás haga el paseíllo. Serán las seis y media de la tarde, y el de Galapagar se dispondrá a despachar seis toros. En lugar de dicho temblor reverencial, los aficionados quizá sentirían un temblor directamente motivado por el pánico si supieran la que se les viene encima. Leo en la prensa británica que el sector antitaurino acaba de reclutar para sus filas a una activista temible. Ni más ni menos que la actriz norteamericana Pamela Anderson, protagonista de la serie Los vigilantes de la playa, en la que alcanzó fama tanto por sus bañadores como por lo que estos contenían. (Permítanme señalar que, esta vez, el uso del verbo contener es pertinente en dos de sus acepciones: llevar algo dentro de sí, o bien sujetar y evitar ciertos desbordamientos.)
La gentil Pamela se ha enrolado, junto al cómico Ricky Gervais, en lo que podríamos denominar como las brigadas internacionales del bando antitaurino. En el currículo de Pamela destaca ahora su apoyo a la plataforma catalana Prou!, que ha reunido 180.000 firmas, se ufana de que en Catalunya hay 69 municipios antitaurinos y confía, si logra prohibir las corridas en nuestra comunidad, en acabar con ellas en el resto de España rápidamente.
En la hoja de servicios de Gervais, actor poco conocido por estos lares pero muy popular en Gran Bretaña, destaca su lucha en favor de los derechos animales, que le ha llevado a manifestarse contra la caza del zorro, el foie gras o el uso de piel de oso en ciertos tocados de la caballería británica. (Aunque, según propia confesión, todavía disfruta con un asado de buey.) "¿Qué placer hay en ver morir un animal pinchado hasta la muerte?", se ha preguntado retóricamente Ricky. Y Pamela, a su vez, ha sentenciado: "Lo más horrorosamente cruel de las corridas es que se mantienen en nombre del espectáculo".
¡Espectáculo! ¡Cuántas injusticias se cometen hoy en tu nombre! Y, lo que es peor, ¿queda hoy algo en pie que escape al espectáculo? Pues no, no queda casi nada. Lo que empezó en coliseos, plazas, escenarios, campos de fútbol o playas impregna ahora todas las esferas de la realidad. La prensa inglesa a la que antes aludía presenta de hecho el debate taurino como un nuevo espectáculo, como otro combate del siglo. Y precisa que "los dos famosos activistas se enfrentan a otra campaña dirigida por José Tomás, el David Beckham del toreo...". A veces, ni la información escapa al espectáculo. Al peor espectáculo. Apaga y vámonos.
Vigilante de la plaza
Pamela Anderson declara su apoyo a la plataforma antitaurina Prou!
Un temblor reverencial recorrerá hoy la Monumental cuando José Tomás haga el paseíllo. Serán las seis y media de la tarde, y el de Galapagar se dispondrá a despachar seis toros. En lugar de dicho temblor reverencial, los aficionados quizá sentirían un temblor directamente motivado por el pánico si supieran la que se les viene encima. Leo en la prensa británica que el sector antitaurino acaba de reclutar para sus filas a una activista temible. Ni más ni menos que la actriz norteamericana Pamela Anderson, protagonista de la serie Los vigilantes de la playa, en la que alcanzó fama tanto por sus bañadores como por lo que estos contenían. (Permítanme señalar que, esta vez, el uso del verbo contener es pertinente en dos de sus acepciones: llevar algo dentro de sí, o bien sujetar y evitar ciertos desbordamientos.)
La gentil Pamela se ha enrolado, junto al cómico Ricky Gervais, en lo que podríamos denominar como las brigadas internacionales del bando antitaurino. En el currículo de Pamela destaca ahora su apoyo a la plataforma catalana Prou!, que ha reunido 180.000 firmas, se ufana de que en Catalunya hay 69 municipios antitaurinos y confía, si logra prohibir las corridas en nuestra comunidad, en acabar con ellas en el resto de España rápidamente.
En la hoja de servicios de Gervais, actor poco conocido por estos lares pero muy popular en Gran Bretaña, destaca su lucha en favor de los derechos animales, que le ha llevado a manifestarse contra la caza del zorro, el foie gras o el uso de piel de oso en ciertos tocados de la caballería británica. (Aunque, según propia confesión, todavía disfruta con un asado de buey.) "¿Qué placer hay en ver morir un animal pinchado hasta la muerte?", se ha preguntado retóricamente Ricky. Y Pamela, a su vez, ha sentenciado: "Lo más horrorosamente cruel de las corridas es que se mantienen en nombre del espectáculo".
¡Espectáculo! ¡Cuántas injusticias se cometen hoy en tu nombre! Y, lo que es peor, ¿queda hoy algo en pie que escape al espectáculo? Pues no, no queda casi nada. Lo que empezó en coliseos, plazas, escenarios, campos de fútbol o playas impregna ahora todas las esferas de la realidad. La prensa inglesa a la que antes aludía presenta de hecho el debate taurino como un nuevo espectáculo, como otro combate del siglo. Y precisa que "los dos famosos activistas se enfrentan a otra campaña dirigida por José Tomás, el David Beckham del toreo...". A veces, ni la información escapa al espectáculo. Al peor espectáculo. Apaga y vámonos.
