Zapatero dice en la intimidad que detesta el arte del toreo
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La tauromaquia atraviesa difíciles momentos
Ausente. Durante los dos años y medio que lleva al frente de la nación, no ha mostrado el más mínimo interés por solucionar los problemas y ataques que ha sufrido la Fiesta
Nunca se le ha visto en una plaza de toros.
Paco Cañamero
Pero eso no es un problema mayor, pues cada cual es dueño de sus gustos y aficiones. Lo peor es que José Luis Rodríguez Zapatero, desde su atalaya de la Presidencia del Gobierno, jamás se ha dignado en recibir a los taurinos para escuchar las sugerencias y protestas. Ni para apoyar a un arte tan significado para España y del que Rodríguez Zapatero también se ayudó para ganar su carrera a La Moncloa.
En los dos años y medio que lleva al volante de España (o de lo que queda de ella), jamás ha mostrado una mínima preocupación por un arte que mueve miles de empleos cada temporada y, tras el fútbol, está a la cabeza en el movimiento económico que generan los espectáculos. Ni ha recibido a la gente de la Tauromaquia para mostrarle su apoyo, como sucedió hace varios meses cuando la Plataforma para la Defensa del Toreo en Cataluña intentó que le recibiera, junto a otros colectivos de profesionales, que querían exponer al presidente del Gobierno su problemática.
José Luis Rodríguez Zapatero nunca miró de frente a la Tauromaquia, ni ya desde La Moncloa se preocupó de ella cuando fue víctima de despiadados ataques procedentes de movimientos infundados, sobre todo en Cataluña, donde llegaban provocados por la ignorancia de Carod-’Rovira, un político ‘herrado’ a fuego por la maldad.
Sus socios del tripartito
Rodríguez Zapatero, para no molestar a sus socios catalanes no habla, ni defiende el arte del toreo, ni se preocupa por la problemática del colectivo. Desde que él está en La Moncloa, la fiesta ha sufrido una sucesión de ataques, pues traga con todo en claros síntomas de apoltronamiento.
Así, la evidencia está ahí, ser capaz hasta de permitir que desaparezca la Tauromaquia en una tierra tan arraigada como Cataluña, donde para no molestar a sus amiguetes se calla la boca. Y se esconde, aunque en su intimidad manifiesta que aborrece al toreo e incluso, entre el círculo de amigos que le quedan de León y Valladolid se afirma que si por él fuera erradicaría la Fiesta. Un arte tan hermoso. Y claro, a lo mejor como no le gustaba a su abuelo, aquel capitán Lozano, pues los demás, a tragar sus gustos.
Ignorancia por la Cultura
Cada cual es libre de mostrar públicamente sus aficiones, pero lo cierto es que la Tauromaquia en España es una de las principales corrientes artísticas y fuente de inspiración de numerosas artes. Y nadie se ha avergonzado por ser aficionado.
Bueno, lo definitivo y lo que no duda nadie es que a José Luis Rodríguez Zapatero además de ignorar la cultura emanada por la Tauromaquia (que fue fuente de inspiración de pintores, escultores, escritores...) , no le preocupa la Fiesta. Pues si por él fuera, a tenor de lo visto en sus dos años y medio al frente del país, en la próxima temporada ya no existiría. Pues parece que se avergüenza del arte más grande que parió la vieja Iberia.
Ausente. Durante los dos años y medio que lleva al frente de la nación, no ha mostrado el más mínimo interés por solucionar los problemas y ataques que ha sufrido la Fiesta
Nunca se le ha visto en una plaza de toros.
Paco Cañamero
Pero eso no es un problema mayor, pues cada cual es dueño de sus gustos y aficiones. Lo peor es que José Luis Rodríguez Zapatero, desde su atalaya de la Presidencia del Gobierno, jamás se ha dignado en recibir a los taurinos para escuchar las sugerencias y protestas. Ni para apoyar a un arte tan significado para España y del que Rodríguez Zapatero también se ayudó para ganar su carrera a La Moncloa.
En los dos años y medio que lleva al volante de España (o de lo que queda de ella), jamás ha mostrado una mínima preocupación por un arte que mueve miles de empleos cada temporada y, tras el fútbol, está a la cabeza en el movimiento económico que generan los espectáculos. Ni ha recibido a la gente de la Tauromaquia para mostrarle su apoyo, como sucedió hace varios meses cuando la Plataforma para la Defensa del Toreo en Cataluña intentó que le recibiera, junto a otros colectivos de profesionales, que querían exponer al presidente del Gobierno su problemática.
José Luis Rodríguez Zapatero nunca miró de frente a la Tauromaquia, ni ya desde La Moncloa se preocupó de ella cuando fue víctima de despiadados ataques procedentes de movimientos infundados, sobre todo en Cataluña, donde llegaban provocados por la ignorancia de Carod-’Rovira, un político ‘herrado’ a fuego por la maldad.
Sus socios del tripartito
Rodríguez Zapatero, para no molestar a sus socios catalanes no habla, ni defiende el arte del toreo, ni se preocupa por la problemática del colectivo. Desde que él está en La Moncloa, la fiesta ha sufrido una sucesión de ataques, pues traga con todo en claros síntomas de apoltronamiento.
Así, la evidencia está ahí, ser capaz hasta de permitir que desaparezca la Tauromaquia en una tierra tan arraigada como Cataluña, donde para no molestar a sus amiguetes se calla la boca. Y se esconde, aunque en su intimidad manifiesta que aborrece al toreo e incluso, entre el círculo de amigos que le quedan de León y Valladolid se afirma que si por él fuera erradicaría la Fiesta. Un arte tan hermoso. Y claro, a lo mejor como no le gustaba a su abuelo, aquel capitán Lozano, pues los demás, a tragar sus gustos.
Ignorancia por la Cultura
Cada cual es libre de mostrar públicamente sus aficiones, pero lo cierto es que la Tauromaquia en España es una de las principales corrientes artísticas y fuente de inspiración de numerosas artes. Y nadie se ha avergonzado por ser aficionado.
Bueno, lo definitivo y lo que no duda nadie es que a José Luis Rodríguez Zapatero además de ignorar la cultura emanada por la Tauromaquia (que fue fuente de inspiración de pintores, escultores, escritores...) , no le preocupa la Fiesta. Pues si por él fuera, a tenor de lo visto en sus dos años y medio al frente del país, en la próxima temporada ya no existiría. Pues parece que se avergüenza del arte más grande que parió la vieja Iberia.